El mundo es un lugar enloquecedor. Tu vida es un barco en la tormenta. El viernes a la noche es tu puerta de escape para irrumpir en otro mundo, un lugar de serenidad y calma. Una calma que llamamos Shabat. Y todo comienza con el parpadeo de una pequeña llama de luz.
1. Cuente el número de mujeres que hay en su hogar. Incluya a cualquiera que sea lo suficientemente mayor como para tomar partido en esto (usualmente a los tres años).
2. Consiga un mínimo de una vela y un candelabro por cada mujer. Las mujeres casadas necesitan dos.
3. Ponga candelabros sobre o cerca de la mesa del comedor.
4. Ponga velas en los candelabros.
5. Espere al viernes.
6. Espere la hora designada para el encendido de las velas de Shabat de ese viernes en particular.
7. Ponga algunas monedas en una pushka
8. Encienda la/s vela/s
9. Mueva las manos en forma circular. Cubra sus ojos. Diga las bendiciones. Puede decir una pequeña plegaria pidiendo aquellas cosas que alberga en su corazón.
10. Abra sus ojos y logre serenidad espiritual.
"Cuando enciendo mis velas de Shabat, imagino la vista desde el espacio exterior. A medida que la oscuridad irrumpe sobre la faz de la tierra puedo ver pequeñas llamas brillando hacia arriba para consumir esta oscuridad. Primero en Nueva Zelanda, luego Australia, India, Israel, Europa, América y finalmente Hawai o Tahití. Durante un período de veinticuatro horas, cada parte del mundo obtiene su infusión de luz de Shabat"
"El mundo del espíritu resuena con el mundo de la acción, repitiendo el canto que nosotros cantamos acá abajo, pero de una manera más elevada, con asombroso impacto. Una pequeña vela en este mundo, encendida en el momento adecuado con el propósito correcto, genera arriba una luz espiritual tan magnífica, tan brillante, que puede iluminar a todo el mundo".